miércoles, 6 de enero de 2016

Metanol como combustible para motores de barcos

Como es sabido, desde el 1 de enero de 2015, los buques que transiten por la zona SECA del Mar Báltico, Mar del Norte y Canal de la Mancha, tendrán que cumplir la severa normativa de la OMI y de la UE sobre emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. Los buques tendrán que utilizar combustibles con muy bajo contenido de azufre del 0,1% (hasta ese momento, el límite era de 1,0%).
Para cumplir con esta nueva medida, el combustible más popular es el gasoil marítimo bajo en azufre, cuyo precio es entre un 40 y un 50% más caro en comparación con el gasoil pesado, que es el más utilizado hoy en día.
Todo parecía indicar que el gas natural licuado (LNG) iba a ganar la batalla de los combustibles limpios para sustituir al fuelóleo como combustible de los buques a fin de cumplir la normativa de la OMI y de la UE sobre emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
Stena Line es una de las mayores navieras que operan con ferrys. Gestiona 35 buques y 22 rutas en el norte de Europa y está llevando a cabo una búsqueda de combustibles alternativos y diferentes técnicas para la purificación de las emisiones.
En esa búsqueda, ha puesto a prueba en uno de sus buques -el STENA GERMANICA, que opera entre Kiel y Goteborg- un motor capaz de quemar metanol y gasóleo marino (MGO) que ha sido adaptado con la cooperación de Wärtsilä.

Metanol como combustible para motores de barcos

El metanol es un combustible biodegradable transparente e incoloro que se puede producir a partir del gas natural, del carbón, de la biomasa o del dióxido de carbono.

Una de las ventajas que presenta este combustible es su almacenamiento a bordo, pues el metanol está en fase líquida a temperatura ambiente. Las emisiones del metanol son similares al uso de GNL, pero la necesidad de infraestructura es mucho menor y la manipulación es más sencilla.

Con respecto a los combustibles tradicionales, su uso reduce las emisiones de sulfuros en aproximadamente un 99 por ciento; las de nitrógeno en un 60; las partículas en un 95; y de dióxido de carbono en un 25 por ciento.

Desde 2005, la naviera ha trabajado para reducir su impacto medioambiental a través de su programa de ahorro de energía, con el que ha logrado reducir una media de 2,5% al año el consumo de energía por buque.